« Sympetrum (Newmann, 1833)
Las especies de este género son de talla bastante pequeña y presentan un dimorfismo sexual muy neto: el color general del cuerpo es casi siempre rojo en el macho y pardo amarillento en la hembra. Se reconocen por las alas anteriores que llevan de 6 ½ a 8 ½ venas antenodales, siendo la última de ellas siempre incompleta y tienen el campo postdiscal, no ensanchado, formado por 3 filas de celdillas; su protórax tiene el lóbulo posterior bien desarrollado, y levantado; su abdomen, casi cilÃndrico, tiene apéndices anales cortos de forma bastante constante. Los anzuelos de las piezas genitales del macho y las láminas vulvarias de la hembra se utilizan para la separación de las especies.
Las larvas, que se desarrollan las más de las veces en aguas estancadas, ácidas o no, se mantienen sobre el limo o las plantas acuáticas. Su crecimiento es bastante rápido. Tras el perÃodo de maduración se observan los machos en los medios acuáticos, en los que permanecen sobre un soporte que no abandonan más que para cazar una presa. La cópula se realiza como entre los demás Libellulidae. El macho, que continúa unido a la hembra, durante la puesta, en ocasiones la abandona antes de que aquélla haya terminado. La hembra deposita sus huevos ya sea en el agua libre, llega o no de vegetación, ya sea sobre el lodo de borde o en las praderas pantanosas (sumergidas en invierno). Para efectuar la puesta la hembra vuela por encima del biotopo elegido, y toca numerosas veces la superficie con el extremo del abdomen, dejando salir, a cada contacto, algunos huevos. Puede también dejarlos caer mientras vuela a 10 o 20 cm por encima del suelo o del agua. En algunas especies, los huevos no hacen eclosión hasta la primavera siguiente, pero si han sido depositados en julio-agosto, hacen eclosión rápidamente; puede haber dos generaciones al año.